Recursos: Las causas
Quizás la siguiente pregunta es ¿Cómo hemos llegado aquí? De hecho, alguien puede pensar «¡Si es que siempre hemos estado aquí!«. Pero no es cierto. Un par de ejemplos: en el ámbito de la informática, y centrándonos sólo en los últimos 50 años, a mediados de los años ochenta del s.XX casi un 40% de las personas que estudiaban Informática eran mujeres. Actualmente superan por muy poco el 10%. De forma similar, en el curso 2000/2001 el porcentaje de mujeres que estudiaban Matemáticas en la universidad superaba el 60%. Actualmente se encuentra en torno al 35% y va de bajada.
¿Cuáles son las causas de esta situación? ¿Qué se está haciendo al respecto? Bien, hay múltiples investigaciones científicas que tratan de dar respuesta a la primera pregunta. Y existen muchas entidades y personas que están trabajando para revertir la situación. Veámoslo.
En primer lugar, miramos lo que dice la evidencia científica sobre las causas que provocan estas bajadas en las vocaciones femeninas STEM y TIC. Tal y como explica el libro de la Dra. Sáinz, uno de los modelos teóricos que más han contribuido a explicar desde la psicología el tema que nos trata es el propuesto en el artículo de Eccles y Wigfield (2002). Este modelo subraya dos componentes principales a la hora de explicar la elección de estudios: las expectativas de éxito (“¿soy competente para superar estos estudios?”) y la valoración percibida (“está relacionado con mis valores y el que quiero hacer en la vida?”) Por supuesto, ambas componentes están condicionadas por los roles de género, así como por la influencia del entorno de la persona.
Existen múltiples estudios (Eccles, 2007a, Eccles et al., 1999) que demuestran que la socialización de género tiene una influencia gigante en las vocaciones de los jóvenes. Y es en esta época cuando se producen más cambios y son más receptivos/as a influencias de su entorno más inmediato, especialmente compañeros/as (Sáinz, García, Pálmen y Solé, 2011), familia y profesorado (Sáinz, Pálmen, García, 2012). De hecho, el papel que juegan el grupo de iguales en la definición del autoconcepto y la formación de la identidad personal de chicos y chicas adolescentes es crucial (Sáinz, 2007). Es importantísimo el papel de las escuelas e institutos en esta etapa para trabajar contra los sesgos de género en el aula.
Pero, ¿cuáles son los sesgos contra los que luchar?
- «A las mujeres no tienen facilidad para estudiar titulaciones STEM o TIC» Hay evidencia científica (Eccles, 2007b; Sáinz y Eccles, 2012) que demuestra que las mujeres se autoconvencen de que sus calificaciones son peores que las de sus compañeros en asignaturas STEM, aunque realmente ellas tienen mejores notas en estas materias. Esto afecta a las expectativas de éxito de los jóvenes ante una titulación STEM o TIC: hombres con peores calificaciones en matemáticas y ciencias se ven capacitados para cursarlas, mientras mujeres con mejores calificaciones, no.
- “Las mujeres son mejores desarrollando roles sociales” Este estereotipo empieza a desarrollarse desde la infancia, muchas veces a través del mismo juego. De esta forma se van formando sus expectativas de futuro (Sáinz, 2007). Éste es el papel que se ha asignado tradicionalmente a las mujeres (los cuidados hacia otras personas) y es el que se espera de ellas. El marco teórico de congruencia entre roles y metas (Diekman et al., 2010) muestra que las mujeres tienen menor predisposición a escoger estudios vinculados a STEM o TIC, o incluso a abandonarlos una vez empezados. Así, el propio estudiantado de secundaria valora más positivamente a las mujeres que estudian medicina (cumpliendo con el estereotipo de los cuidados) que a las que estudian ingenierías (López-Sáez, Puertas y Sáinz, 2011).
- «La historia demuestra que las mujeres no han sido (muy) protagonistas de la ciencia y la tecnología» Nuevamente volvemos a la estructura social, la repartición de roles y aquí añadimos la invisibilización de las mujeres que han tenido la oportunidad de escapar de los roles a los que estaban destinadas y que han protagonizado importantes avances. Cada vez se trabaja más para recuperar la memoria (y a menudo la “propiedad”) de estas aportaciones. Cada vez conocemos más nombres de mujeres que han marcado la historia de la ciencia y vemos que actualmente, con una situación socialmente distinta, tendemos hacia la equiparación. Sin embargo, queda camino por recorrer.
- «La tecnología no tiene nada que ver con las personas» Esta afirmación es rotundamente falsa. La tecnología lo tiene todo que ver con las personas por dos razones: porque son las personas las que la diseñan, y porque afecta (cada vez más) directamente a todas y cada una de las cosas que hacemos en nuestro día a día. La tecnología debe verse como un medio (y una oportunidad) para mejorar la vida de las personas. Si un chico o chica quiere el día de mañana poder mejorar la vida de los demás, difícilmente encontrará un ámbito con un espectro más amplio de impacto que la ciencia y la tecnología.
- “Este problema no tiene impacto en los hombres/chicos” Si bien en este premio enfocamos sólo la situación de las mujeres y las STEM/TIC, la problemática tiene otra vertiente que no es independiente de ésta: Hay segregación horizontal con minoría de hombres en titulaciones relacionadas con los cuidados de los demás (e.g. enfermería o magisterio). Éstas son las dos caras de una misma moneda. Deben tratarse conjuntamente. Los hombres son perfectamente capaces de dedicarse a este tipo de profesiones.
- «Los entornos laborales STEM/TIC son hostiles para las mujeres» Esto es falso (o debería serlo). Actualmente las empresas científico-tecnológicas valoran mucho la incorporación de mujeres a sus equipos. Es una necesidad urgente: los equipos deben ser variados y a día de hoy esto no es posible.
- “La conciliación es complicada en las empresas tecnológicas” Más allá de valoraciones subjetivas, sí es un hecho que las empresas tecnológicas, por la propia naturaleza del trabajo, suelen ofrecer muchas opciones de teletrabajo a sus trabajadores, facilitando de ésta forma la conciliación.
- «La investigación y las mujeres» La necesidad de intensificar la participación de las mujeres en las áreas de investigación en el ámbito STEM está en el debate público. Cada vez más cualquier profesión requiere de una serie de conocimientos y competencias técnicas. La baja participación de las mujeres en la investigación (y por tanto, en la creación de nuevo conocimiento) y, más concretamente, en este ámbito (STEM) las deja en una situación de desigualdad respecto a los hombres. Por tanto, es clave remediarlo desde las instituciones tales como las universidades, agentes transmisores de conocimiento, etc.
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